El post de hoy, lo quiero centrar en los cambios que se producen en nuestro cuerpo cuando realizamos una actividad física más intensa de lo habitual y el por qué estos cambios son beneficiosos para nuestro organismo a largo plazo.
De las primeras acciones que se producen es el aumento de la circulación sanguínea, puesto que la frecuencia cardíaca aumenta y ésto se produce porque nuestro organismo necesita más rápido el oxigeno que consume para poder llevar a cabo la actividad que estamos realizando, éste aumento a la larga, lo que produce en nuestro organismo es un aumento del volumen del corazón, para que sea más fácil bombear la sangre suficiente, lo que a la larga se traduce en menos pulsaciones por minuto, menos esfuerzo para nuestro corazón.
Se produce también un aumento de la temperatura corporal y la reacción lógica de nuestro cuerpo es la sudoración, para compensar ese calor, al sudar, eliminamos toxinas, pero cuidado, porque también eliminamos sales minerales y agua, por lo que es muy importante hidratarse durante la actividad física, ya sea con agua o con bebidas isotónicas.
El aumento de la frecuencia pulmonar para poder recoger todo el oxígeno necesario a la larga nos ayuda a retrasar la acumulación de ácido láctico por falta de oxígeno (el ácido láctico es el responsable de que la fatiga aparezca, en resumen fácil), éste aumento también favorece una mejora en el consumo de oxígeno por parte del organismo.
La viscosidad de los músculos desciende, al aumentar la temperatura corporal, lo que genera que los tendones sean más elásticos y se produzcan menos lesiones, este es un gran argumento que nos lleva al porque del calentamiento antes de realizar una actividad física más o menos intensa.
Y por último añadir que se genera también un aumento de determinadas hormonas como son las endorfinas, responsables del buen humor y de sentirnos bien, la insulina, responsable del trasporte de azucares, entre otras.
Buen Lunes. Salud
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